Invitada por la Bolsa de Cereales de Córdoba, la Sociedad Rural de Jesús María participó de un almuerzo de vinculación con técnicos y directivos de dicha entidad. Durante el convite -al que también asistió un grupo variado de periodistas agropecuarios- se reveló información inédita vinculada a la calidad del trigo y a las pérdidas ocasionadas por los anegamientos en la provincia.
“El trigo merece mayor identidad y un mapeo transparente de su calidad”, arrancó diciendo Luis Macario, presidente de la Bolsa de Cereales. En esa línea, manifestó la importancia de tomar muestras de cada departamento provincial para la realización de análisis exhaustivos.
En relación a esto, uno de los técnicos de la institución, César Alonso, hizo referencia a la elaboración de un informe puntual, el cual estaría listo para enero del 2017. “Junto al INTA, estamos realizando el 1° monitoreo provincial de calidad de trigo, en el marco de la campaña 2016/2017”, expresó.
Aunque todavía restan por analizar muestras del norte de la provincia, Alonso anticipó un dato certero, ya confirmado. “El año pasado, sólo el 46% de los productores fertilizó la siembra de trigo. Este año, lo hizo el 68%”, destacó.
En tal sentido, dio a entender que la cobertura no estaría siendo la principal función del trigo, sino que el productor estaría apuntando a un mejor rendimiento y calidad. “La disminución del precio de los fertilizantes causó una mejor relación insumo-producto. De igual modo, influyeron la baja del petróleo y el buen precio interno”, detalló.
En términos de mercado, adelantó que el rendimiento preliminar del trigo es de 28 qq/ha en la provincia de Córdoba y que la producción estimativa “podría andar cerca de los 3 millones de toneladas”, teniendo en cuenta que la media provincial es de 1.8 millones de toneladas.
En materia de anegamientos, Silvina Fiant -directora del área de Información Agroeconómica de la Bolsa- comunicó que todos los departamentos están por encima de su nivel promedio. Si bien los grados porcentuales son bajos, la técnica advirtió que el problema viene acrecentándose a comparación de campañas anteriores.
Respecto a las zonas más perjudicadas, Fiant hizo hicapié en el departamento Unión específicamente, con un 450% más de agua, en comparación a agosto de 2014. “Unión es uno de los departamentos más complicados con un 2,6% de la superficie afectada, es decir, un total de 18 mil hectáreas”, señaló.
En términos generales, la especialista comunicó que de las 8 millones de hectáreas agrícolas de la provincia, el 0,7% está bajo agua -o sea, un total de 59.200 hectáreas-. “Hay una producción valuada en 60 millones de dólares, que no van a poder ingresar a la economía provincial por la situación de los anegamientos, resumió.
En cuanto a la salinidad en superficie agrícola, expresó que hay 3.400 hectáreas perjudicadas -un 0,1% de las 8 millones-. “Los departamentos de Colón, Totoral y Río Segundo son las zonas con la menor participación porcentual de la salinidad”, aseveró.
En relación al ascenso de las napas y la salinidad de los suelos, el director regional del INTA, Eduardo Martelotto, aseguró que el trigo es “clave como estrategia de conservación, por lo que debería subsidiarse”. En la misma sintonía, Fiant indicó que las zonas anegadas “no son producto de las últimas lluvias, sino del manejo de los últimos años”.
En ese sentido, llamó a dar mayor lugar a las gramíneas en aquellas zonas agrícolas cultivadas con soja. “En la actualidad, hay un 20% de participación de las gramíneas, cuando el mínimo debería ser de un 33%”, concluyó.
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