Hace unos meses, hablar del noroeste argentino hubiera estado atado a un panorama desalentador. Retenciones, tipo de cambio desfavorable y ROE’s y flete conformaban un combo que, salvo en zonas de buenos rindes y haciendo sólo soja, le aseguraba un claro destino de pérdida.
La llegada del nuevo Gobierno trajo mayor oxígeno al NOA, que suele sembrar soja en los primeros días de diciembre y maíz del 20 hasta fines del mismo mes. Las ya conocidas medidas cambiaron el panorama del productor, que empezó a apostar más por este último cultivo, donde en la campaña pasada representó el 7,3% del volumen implantado a nivel nacional. Así lo indicó la última gira agrícola de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que indicó un aumento del 5% de la superficie de siembra de maíz respecto de la campaña anterior, mientras que observó un retroceso del 11% en la soja.
Para Horacio Mangini, en cambio, el aumento podría ser de un 10 a 15%. Considerado un asesor referente dentro del NOA y el NEA, Mangini lo adjudica al aumento del precio: «En su momento teníamos un maíz que no llegaba a los 85 dólares, y hoy estamos con uno de 145 la tonelada puesto en puerto. Calculamos un flete de unos 600 a 750 pesos según zona. Ese cambio, al dar un maíz que se está quedando en campo de 1.500 a 1.600 pesos la tonelada, es lo que ha impactado mucho».
Mangini también diferencia el punto de equilibrio o rinde de indiferencia. Meses atrás, el productor necesitaba sacar unos 7.500 kilos por hectárea, mientras que ahora la cifra bajó a 5.300. El informe de la Bolsa porteña coincide y le agrega factores como la abundancia de humedad que ayudaría a potenciar el rendimiento y la necesidad de rotar con gramíneas con los beneficios que esto trae aparejado.
«Esa es la mejor parte del porqué. En kilos, vamos a tener promedios zonales de 6.500 a 7.000, que son muy buenos, además que están subiendo año a año con el cambio de tecnología», detalla. La cosecha de maíz se realizaría entre los meses de julio y agosto. De acuerdo a la Bolsa, «los rendimientos esperados para la región se ubican por encima de los promedios normales para la zona a causa de las buenas condiciones climáticas. En esta región la demanda por parte de los consumos zonales es inferior a la oferta, debiendo entregar el cereal en puerto».
En los últimos años, los avances en tecnología de híbridos llevaron a algunos cambios en las elecciones. Mangini calcula que, en la actualidad, un 50% de los híbridos elegidos son cruzas, es decir, templados por tropical, de ciclo más corto pero con extensiones mayores; un 30% son templados y el 20% restante son tropicales, es decir, de ciclo completo o largo.
En estos momentos, los maíces se encuentran en estadíos entre diferenciación de hojas y llenado de grano (V6-V7 y R3). Mangini cuenta que la mayor recomendación que dio, cuando estaban en las etapas iniciales del cultivo, fue no confiarse con los híbridos presentados con resistencia a eventos BT y lepidópteros, dado que pueden darse pérdidas. «Aunque se los compre como BT o tolerantes a lepidópteros hay que empezar a tratarlos casi como si fueran híbridos convencionales, es decir, no BT. El daño es muy importante. Hay muy pocos eventos que no han tenido problemas importantes por lepidópteros. Las tolerancias que tienen casi podemos decir que han desaparecido», explica.
«Las limitantes acá son climáticas. Cualquiera de los híbridos templados tiene potencial de sobra para nuestra zona. Entonces, cuando la cosa viene bien, realmente el salto de rendimiento es muy importante», agrega.
Según el relevamiento de la Bolsa, correspondiente a la tercera semana de marzo, la oferta hídrica «era desde óptima hasta regular en la región y según la subzona, aunque la condición imperante era adecuada. Los sectores donde hacía más tiempo que no llovía, como es el caso de algunas zonas sobre el este salteño, comenzaban a evidenciar que el cultivo no tenía toda el agua que necesitaba».
No sufrieron ataques graves en cuanto a plagas o enfermedades, salvo algún caso puntual de gusano cogollero (Helicoverpa zea) o Diatraea saccharallis. «Estamos esperando las lluvias para el llenado de granos, que normalmente se dan ahora en abril. Podemos esperar resultados de aceptables a buenos en los maíces», confía.
Por Agustín Monguillot, Semanario Infocampo
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