Ya en los primeros días de noviembre el cultivo de trigo transita su período donde se empieza a definir el rendimiento de la presente campaña. La campaña de trigo transita sus instancias finales esperando su recolección donde el año climático marcó el rumbo de su evolución. La campaña de fina en el sudeste de Córdoba arrancó con el perfil en muy buen estado debido a la excelente recarga proporcionada durante el primer trimestre del año (lluvias de 473 mm totales) que venía de complicar en muchas zonas la cosecha gruesa 2014/15.

Alvaro Andreucci, de la estación meteorológica de Marcos Juarez, aseguró que «quizás esta tendencia húmeda relajo muchas de las decisiones de siembra y fertilización sobre el cultivo, cuestión que se vió reflejada en varios lotes que no terminaron de incorporar sus fertilizaciones por ausencia de precipitaciones (9 mm desde el 1 de mayo hasta el 30 de julio) importantes desde su implantación hasta salida de macollaje».

El técnico Juan Pablo Ioele, de la misma zona, señaló que «igualmente, la campaña en general no tuvo a la restricción hídrica como limitante destacada este año, ya que el último día de julio precipitaron más de 40 mm que aseguraron su provisión para las necesidades futuras. O sea, el cultivo no atravesó instancias de deficiencias hídricas importantes que le hayan podido causar algún estrés hídrico principalmente por el buen estado de los perfiles al inicio, pero si la distribución de las lluvias complicaron en algunos casos la correcta incorporación del nitrógeno principalmente».

Por caso, el especialista explicó que «las temperaturas parecieran ser el factor que más afectó el desarrollo de la campaña, estableciendo los principales perjuicios en los trigos con requerimiento de frío. Es que durante la campaña no tuvimos grandes ocurrencias de heladas ni de temperaturas bajas mantenidas durante grandes lapsos de tiempo, siendo solamente durante junio y julio donde encontramos un comportamiento similar a la media histórica. Es por este motivo que encontramos materiales cortos o intermedios sin requerimiento de frío en muy buen estado, que acompañados por esta tardía entrada de la primavera, les permitió transitar floración y llenado de granos sin picos extremos de térmicos (“soplete”) que complique dichos estadios».

Por otra parte, Ioele resaltó que «en lo que refiere a protección del cultivo, la presente campaña estuvo signada por la presencia de enfermedades entre las que se destacaron Roya (no solo de “la hoja” sino en algunos casos “del tallo” también), Mancha amarilla y Tizón bacteriano con distinto grado de afección según materiales usados y controles efectuados».

Y continuó: «Respecto de plagas se detectaron numerosos lotes con presencia de pulgón, que dependiendo del estadio del cultivo fue variando su especie. El pulgón verde de los cereales se presentó desde su nacimiento hasta encañazón y se ubicó generalmente en el envés de las hojas, en algunos lotes los mayores daños se observaron durante las dos semanas posteriores a emergencia».

En este contexto, el técnico del Inta Marcos Juarez, remarcó que «a su vez hubo gran cantidad de consultas por pulgón amarillo de los cereales, que apareció con la primavera y se localizo en el envés de las hojas inferiores causando daños por succión de la savia que provoco amarilleamiento de hojas y en algunos casos la reducción de altura de las plantas donde las poblaciones fueron importantes, pero el mayor daño lo manifiesto en el número de granos por espiga».

«El invierno “benigno” con pocas heladas y sin bajas temperaturas perjudico a los materiales con requerimiento de frío», indicó Ioele. Por último, el técnico del Inta, advirtió que «la sorpresa de esta campaña es sin dudas la altísima población de pulgón de la espiga, en algunos casos con reincidencia de aplicaciones para su control en un mismo lote, el pulgón de la espiga es crítico en el llenado de los granos y está en las raquillas de las espigas, ubicación que dificulta la llegada de savia a los granos, provocando una disminución en el rendimiento por la reducción de su tamaño y peso».

Por Alejandro Besana, Semanario Infocampo

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