En todo el ciclo, las necesidades de agua del cultivo de la oleaginosa de primera siembra varían entre 450 a 650 mm. Pero desde el primero de octubre a la fecha de hoy, el registro promedio de las 36 estaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario muestra un volumen de agua que superó holgadamente esta demanda.

Las zonas de Idiazábal o Clason superaron en seis meses los 1.000 mm que son las lluvias normales de un año. «En Bell Ville el acumulado es de 1.117 mm. Esto dejó severos daños en extensas áreas», señala el informe de la entidad rosarina.

Este ha sido otro de los records que deja la campaña, por un lado se observa reflejado en las marcas de los monitores de las cosechadoras que en lotes de alta productividad superan los 60 quintales por hectárea pero también en la alta cantidad de hectáreas que no podrán recolectarse por los excesos de agua.

Con rutas y caminos cortados y zonas que siguen mostrando un paisaje lacustre se tendrá que desarrollar la cosecha del ciclo 2014/15 que se presenta como un enorme desafío de logística. Por eso se destaca la importancia que tiene la llegada desde el sector sur de una importante masa de aire frío y seco, que acompañada de viento oreará los suelos que no tienen serios problemas de excesos hídricos en la región.

Hasta el próximo miércoles primero de abril dominará un centro de alta presión en la región núcleo que intensificará las tareas de cosecha. Esto dará una tregua climática muy necesaria para los productores luego de las últimas lluvias que se produjeron esta última semana que dejaron entre 20 a 40 mm. Hay zonas con acumulados destacados de hasta 80 mm como en María Teresa. Con 50 mm más que el año pasado, marzo cierra con algo más de mesura luego del violento patrón pluvial de febrero que puso en jaque al oeste de la región central.

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